En una torre sin muros encerrada te dejaron
para cumplir la sentencia de la libertad tu sola,
subiste los escalones y desde las aspilleras
miraste en la lejanía el vértigo de tus latidos.
Llenaste tus pulmones de aire y sentiste la belleza
del roce de la brisa susurrándote sin sentidos
que no comprendiste hasta después de mirarte al espejo
y tus dedos llenos de letras las fueron escribiendo
en tus rincones y tu boca los versos fue diciendo
acompañados por la música de tu corazón
que sacaba rota tu voz y versos llenos de amor:
Triste figura de caballero y lozana su dama,
sus dones loaba y a rendir pleitesía mandaba,
ella se burlaba y él murió con su nombre en el alma.
MASL
26/11/2017
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