La inmensidad del alma,
dando fe del amanecer sin noche,
resplandeció en sus ojos.
.
Se olvidó del ocaso
trepando con su vértigo a las nubes
donde el odio se esfuma.
.
Quise hacer mi agonía
sencillas palabras de amor al alba
que siempre iluminabas
mas las rimas, lágrimas se volvían
venciendo al corazón,
anegando de afonías la voz.
.
Y el alma que callada iba rumiando
las palabras no dichas
repitiéndolas hasta desgastarlas
con las amarguras del abandono.
MASL
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